Un paseo por Madrid: Los símbolos de la razón y el
sentimiento
(De la Ilustración a principios del siglo XX)
El reinado de Carlos III (1759-1788) se caracterizó por el
deseo de reformar el país hasta convertirlo en un país ilustrado. Intentaba que
nuestra ciudad estuviese a la altura de las grandes urbes como San Petersburgo
o París. Este rey creía en los grandes ideales de la ilustración: las luces de
la razón, la tolerancia religiosa, la ciencia que investiga las leyes naturales
y el progreso. Con estos ideales, intentó modernizar la sociedad, utilizando el
poder absoluto del monarca bajo el programa ilustrado. Expulsó a los jesuitas
(1787) y creó el primer Instituto lacio de enseñanza media “San Isidro”. Hizo
también un plan industrial con la fábrica de porcelana china del Retiro y la de
cristales de La Granja.
En este plan de modernización se incluyó la colocación de
monumentos emblemáticos, como la fuente de
Cibeles, la Puerta de Alcalá y la fuente de Neptuno. Se
concibió como parte de las obras de ordenación del Salón del
Prado y forma parte de un programa iconográfico inspirado en la
mitología grecorromana.
La Plaza
de la Cibeles
La Plaza de Cibeles divide los límites del distrito Centro, Retiro y Salamanca.
En la época de Carlos III (la ilustración), sólo existía el palacio de Buenavista, símbolo de la fortaleza
y la valentía, constituido como Cuartel General del Ejército a partir del siglo
XVIII[1] y la fuente de la Cibeles
y de Neptuno. El Palacio de Linares fue construido de (1877-1900), el Palacio
de Telecomunicaciones (1907-1919) y el Banco de España (1844-1891).[2]
La Fuente de Cibeles[3] .- La Fuente de la
vida
Desde su inauguración en 1782
hasta su traslado al centro de la plaza en 1895, la fuente cumplía una función
de abastecimiento de agua a los ciudadanos. Fue construida por Ventura Rodríguez
entre 1777-1782.
Símbolo de la energía vital
Carlos III escoge a esta diosa como símbolo de la energía vital
concentrada en la tierra. En Roma, el culto a Cibeles estaba relacionado con el
ciclo vida-muerte-renacimiento, debido a
la resurrección de Atis[4], supuesto amante de la
diosa. Al ser hija del Cielo (Urano) y diosa de la tierra simboliza también la
unión del cielo y la tierra.
Símbolo de la duplicidad del ser humano: la
razón y la pasión
El carro de Cibeles es tirado por
leones, lo que significa que ella domina, ordena y dirige la potencia vital. En
la estatua original aparecía un grifo de piedra. Este animal fabuloso, posee
pico y alas de águila y cuerpo de león. Expresa también la duplicidad de la
naturaleza humana y divina de Cibeles como madre de la Tierra e hija del Cielo.
Cibeles lleva un cetro y unas llaves en las manos.
La Fuente de
Neptuno
Fue diseñada por el arquitecto Ventura Rodríguez. El proyecto se inició en 1777, usándose de modelo
unos bocetos de madera realizados por Miguel Ximénez. Fue realizada con mármol
blanco procedente de Montesclaros (Toledo). La obra escultórica fue encargada a Juan Pascual de Mena y este comenzó los
trabajos en 1782.
Juan Pascual de Mena falleció en 1784, habiendo solamente
terminado la figura de Neptuno, la cual fue realizada alejándose de la idea de Ventura Rodríguez para aproximarse más al Hércules Farnesio.
Las restantes esculturas del monumento fueron continuadas por
el discípulo de Mena, José Arias, además de por José Rodríguez, Pablo de la
Cerda y José Guerra. Su emplazamiento original era el Paseo de Recoletos, en la bajada de la Carrera
de San Jerónimo. El dibujo de la obra, realizado por Ventura Rodríguez, ingresó en el Museo Municipal de Madrid en 1926 procedente del
Archivo de Villa. La escultura fue finalizada en 1786.
Esta fuente está es un hermoso monumento neoclásico esculpido
en mármol blanco ubicado en la Plaza de Cánovas del Castillo, llamada
coloquialmente Plaza de Neptuno. Se encuentra rodeada por magníficos edificios
construidos entre los siglos XVIII y XIX.
Sobre el gran pilón circular de la fuente se encuentra una
enorme escultura de Neptuno, dios de los mares, que empuña un tridente mientras
cabalga sobre un carro tirado por dos caballos con cola de pez.
Diseñada como parte de los tres grandes conjuntos
escultóricos creados por Ventura Rodríguez para el Paseo del Prado (junto con
la Fuente de Cibeles y la Fuente de
Apolo), la Fuente de Neptuno fue
construida entre 1780 y 1784.
La fuente consiste en un gran pilón circular en cuyo centro
se encuentra la figura de Neptuno, dios de los mares, con una culebra
enroscada en la mano derecha y el tridente en la izquierda, erguida sobre un
carro formado por una concha tirada por dos caballos marinos con cola de pez
(hipocampos). Alrededor del carro se ven focas y delfines que arrojan agua a
gran altura. El dios de las aguas aludiría a la Marina que Carlos III reformó para hacerla más
competitiva y reforzar el nexo con las colonias.
La fuente, que en un principio estuvo situada en el extremo
del Prado de Apolo, mirando a la fuente de
Cibeles, fue trasladada al centro de la plaza de Cánovas del Castillo en 1898, lugar en donde sigue
actualmente. Forma parte, junto con la Cibeles,
y la Fuente de Apolo o de las Cuatro Estaciones
de los tres grandes grupos escultóricos diseñados por Ventura Rodríguez para el Salón del
Prado.
Neptuno, con apariencia de viejo, barbudo y con largos
cabellos, se suele representar en el acto de empuñar el tridente, arrastrado
por caballos y delfines sobre el carro. Neptuno, dios del mar, una de las doce
divinidades del Olimpo, es hijo de Saturno y Rea, y hermano de Júpiter.
Además tiene la facultad de desencadenar violentas tempestades y también de
aplacarlas. Los marineros invocan su protección para asegurarse una navegación
tranquila y privada de peligros.
Después de dos mil años de cristianismo, Poseidón, sobre todo
bajo su nombre romano de Neptuno, ha permanecido como uno de los dioses griegos
más conocidos. Zeus ha tenido durante el periodo cristiano una existencia más
oscura y Hades incluso ha sido olvidado. Desde el Renacimiento, Poseidón
(Neptuno) ha consolidado su posición de privilegio en la iconografía
occidental. Aparece en incontables fuentes monumentales del periodo
neoclásico.
¿Qué elemento de los presocráticos está representado en
esta fuente?
La Fuente de
Apolo
La Fuente de Apolo, también llamada de las Cuatro
Estaciones es una fuente monumental de Madrid (España),
situada en el Paseo del Prado, obra de Manuel Álvarez. Ocupa el
centro de lo que se denominó Salón del
Prado, dentro de la reforma urbana patrocinada por el rey Carlos III en el siglo XVIII.
Forma parte del conjunto escultórico diseñado por Ventura Rodríguez para el Paseo, junto a la de Cibeles
y Neptuno. Las tres fuentes son consideradas
obras maestras del Neoclasicismo español.
La Fuente se empezó a construir en 1780 durante el reinado de
Carlos III por Manuel Álvarez, el Griego,
que se encargó de las figuras de las estaciones.
Características .- La fuente se compone de un cuerpo central
con escalinata, con dos mascarones que arrojan agua sobre tres conchas
superpuestas de diferentes dimensiones. Las esculturas del pedestal representan
las cuatro estaciones mediante figuras alegóricas, de ahí el nombre alternativo
de la fuente. Remata el monumento una efigie del dios Apolo, divinidad de la
luz y las artes, con los rasgos del rey Carlos III.
¿Por qué se representarán las cuatro estaciones?
También aparecen en la fuente, en los dos laterales, las
cabezas de Medusa y de Circe. La primera era una gorgona que convertía en
piedra a todos los que la miraban mientas que Circe transformaba en animales a
aquellos incautos que se osaban a cruzar su mirada con ella. En la actualidad,
en la fuente, son mucho más inofensivas y se dedican a lanzar agua desde sus
bocas.
¿Qué pueden simbolizar estos personajes?
Coronando la fuente, pugnando entre las ramas de los árboles,
el Dios Apolo sujetando una lira, instrumento que utilizaba para dirigir el
coro de las nueve musas, y aplastando con su pie a una serpiente.
Apolo es hijo de Zeus y Leto y hermano de la diosa Ártemis.
Por tanto, es un dios de segunda generación. Hera, la esposa de Zeus, celosa de
Leto, había perseguido a la joven por toda la Tierra. Cansada de escapar de la
ira de la esposa de Zeus, Leto buscaba un sitio donde dar a luz a los hijos que
llevaba en su seno, pero tenía el problema de que nadie la acogía, temiendo la
cólera de Hera. Sólo una isla flotante y estéril, llamada Ortigia, o tal vez
Asteria, (la Isla de las Codornices), consintió en dar asilo a la desventurada.
Fue en este lugar donde nació Apolo. Agradecido,
el dios fijó la isla en el centro del mundo griego y le dio el nombre de Delos
la "brillante".
Después del parto, Zeus envió regalos a su hijo: una mitra de oro, una lira y un carro tirado por cisnes. Luego le ordenó que fuese a Delfos. Apolo mató en Delfos a Pitón, un dragón que se entregaba a toda clase de desmanes en el país (enturbiaba los manantiales y los arroyos, robaba los ganados y los aldeanos, asolaba la fértil llanura de Crisa y asustaba a las Ninfas). Pues bien, cada ocho años se celebraba en Delfos una solemne fiesta conmemorando el exterminio de Pitón y la purificación de Apolo.
De aspecto hermoso, Apolo tuvo numerosos amoríos con Ninfas y con mortales.
Como dios de la música y la poesía, era representado en el monte Parnaso donde presidía los concursos de las Musas. Pero aparte de ser dios de la música, poesía, vaticinio, pastoral e íntimamente unido con la vegetación y la Naturaleza, Apolo era además un dios guerrero capaz de enviar, con su arco y sus flechas, una muerte rápida y dulce, como su hermana Ártemis. En la Ilíada lucha en favor de los troyanos contra los griegos, protege a Paris en la batalla, y a su intervención, directa o indirecta, se atribuye la muerte de Aquiles.
Conservamos una oración a apolo: "¡Oh, Apolo! Te suplico
que seas propicio a la paz, la larga vida y la salud de toda esta familia, y
que seas igualmente propicio a la paz de mi hijo". Sus oráculos se
expresaban, en general, en fórmulas versificadas y se creía que inspiraba tanto
a los adivinos como a los poetas. Comparte esta función inspiradora con Dionisos, pero la
apolínea se distingue de la dionisíaca por su carácter más mesurado.
A poco a poco se convirtió en el dios de la religión órfica, y a su nombre se
asoció todo un sistema mitad religioso, mitad moral, que prometía a sus
iniciados la salvación y la vida eterna. Apolo pasó por ser el padre de
Pitágoras, nombre con el cual se ponen frecuentemente en relación doctrinas
afines.
¿Qué filósofo
retomó en el siglo XIX los símbolos de lo apolíneo y lo dionisíaco?
La Puerta de
Alcalá .- Símbolo de la Voz Pública
Funcionó como una
auténtica puerta hasta 1869. Fue mandada construir por Carlos III en 1769. Sabatini
(1722-1797) se encargó de su construcción. Comenzaron las obras en 1776 y
acabaron dos años después.
Aparecen los leones (aluden a la
realeza), las cornucopias (prosperidad y abundancia), escudo de armas reales
sostenidas por una Fama y un genio y a los niños sobre la cornisa.
Los niños representan las cuatro
virtudes cardinales: Fortaleza, Templanza, Justicia y Prudencia.
La Fama es la representación de
los rumores, los cotilleos y la fama. Esta diosa difundía los rumores sin
preocuparle si eran ciertos o no. Por eso no era bien recibida en la
tranquilidad de los cielos –en el mundo inteligible sólo gobernaba la verdad- y
habitaba entre las nubes provocando malentendidos entre los hombres.
Hija de Afrodita era una criatura
alada que no necesita dormir. Contaba la
hazañas de los héroes a los que a veces inmortalizaba de manera injusta.
¿Quiénes son los primeros filósofos que
establecen las virtudes cardinales?
¿Con
qué partes del alma las relacionan?
La Fábrica de
Porcelanas Chinas: Los símbolos del progreso y la industria
En un rincón de El
Retiro descansa una noria de madera que
tiene como función recordar que allí estuvo instalada la Fábrica de Porcelana.
La Fábrica quedó destruida tras la guerra de la Independencia.
Fue construida por expresa voluntad de Carlos III en 1760.
La fábrica operó siempre bajo el secretismo más absoluto de su fórmula, traída
en parte de Capidomonte (Italia).
La Fábrica produjo una serie de piezas de inspiración
chinesca para decorar la sala de porcelana de Aranjuez.
¿Qué otros
edificios representan este mismo ideal de progreso?
El paso al siglo XIX:
Razón y sentimiento en el
siglo del Romanticismo
A finales del siglo XVIII comienza a producirse
un cambio de valores que consiste en una reacción frente a la razón ilustrada.
Aparecen otros valores que necesitan sus símbolos: la libertad, la pasión, la
conciencia del yo, la obra imperfecta, inacabada, la fantasía…
El ángel caído
(1877)
Sobre las ruinas del
símbolo del progreso de la Ilustración, se alza el “Angel caído”. Es la primera
representación que se hace en el mundo de Lucifer. Fue diseñada por Ricardo Bellver (1845-1924) que se inspiró en
el Libro I de EL paraíso perdido de John Milton.
La glorieta donde se ubica está a
666 metros sobre el nivel del mar. El Apocalipsis de San Juan considera este
número como el número de la bestia. En realidad el 666 es también el número de
la creación y evolución del hombre y la naturaleza. El mismo que nace después
de un ciclo de nueve meses.
Lucifer representaba para los
romanos el lucero del alba (Stella Matutina) y el lucero de la tarde (Stella
Vespertina). Así es como se conoce al planeta Venus, que es la estrella más
brillante en el cielo junto con el sol y la luna.
En el apocalipsis (22.16), Jesús
aparece como el lucero del alba, pues en los primeros tiempos del cristianismo
se le atribuía el nombre de Lucifer a Jesús.
Según se relata en el Libro de
Enoc de los Apócrifos del siglo II, Lucifer era el ángel más bello y amado de
los ángeles de Dios. Lucifer rechazó el mandato de Dios de crear un ser
material, pues consideraba que era un acto indigno. Fue expulsado del trono de
Dios y mandado a la tierra.
Dios envió entonces al Arcángel
Miguel y a los ángeles buenos a precipitar a Lucifer y los ángeles malos al
abismo.
Por su oposición a la voluntad
divina fue asociado con Satán. Así se perdió su sentido de ángel rebelde que
intentó llevar luz a la humanidad y ayudarla a alcanzar la iluminación
espiritual.
¿Qué relación se puede establecer entre el
ángel caído y el neoplatonismo?
La presencia de las sociedades secretas: La Masonería
La primera
logia fue fundada en 1727 en Madrid por el inglés Duque de
Wharton y fue conocida con el nombre de «La Matritense». Estaba
adscrita a la Gran Logia de Inglaterra.1
Sin embargo, durante la mayor parte del siglo XVIII (hasta 1780) no se llegó a
crear una masonería organizada y estable ya que las escasas logias que se fundaron
tuvieron una vida breve y precaria debido a que la Inquisición española se ocupó muy pronto
de perseguirlas, haciendo cumplir las bulas papales y el decreto de Fernando VI
de 2 de julio de 1751 que prohibían la masonería —por ejemplo, la logia fundada
en Barcelona en 1748 por un militar que se había iniciado en Niza fue denunciada
a la Inquisición sólo dos años después y desmantelada; se reorganizó en 1776,
pero de nuevo la Inquisición acabó con ella y detuvo a todos sus dirigentes—.2
En la
segunda mitad del siglo nace la Gran Logia fundada en 1760 por el conde de
Aranda que a partir de 1780 pasó a denominarse Gran Oriente de España y que dependerá
ideológicamente de los grupos masónicos franceses. En 1800, bajo
la dirección del sucesor de Aranda, el conde de
Montijo, el Gran Oriente integraba unas 400 logias.
El momento más
importante de la persecución de la masonería por la Inquisición española se produjo tras la
restauración en 1814 de la Monarquía absoluta por Fernando VII.
El nuevo inquisidor general, el obispo Mier y Campillo,
una de cuyas obsesiones era la masonería, la condenó en dos edictos publicados
a principios de 1815, siguiendo las directrices de la Santa Sede. Mier acusó a
los masones de conspirar "no solamente contra los tronos, sino mucho
más contra la religión" y alentó a la población a que los delatara,
garantizándoles el secreto. Se produjeron muchas denuncias, algunas falsas, y
también autoinculpaciones, que llevaron al cierre de logias
y a la confiscación de sus bienes. A los masones extranjeros se los expulsó de
España y a los españoles se les obligó a realizar ejercicios espirituales. Sin embargo, hubo
masones que no recibieron un trato tan benévolo, como le sucedió al militar
liberal Juan van Halen que en 1817 fue torturado
durante dos días tras ser detenido por la Inquisición. El propio van Halen
narró su experiencia diez años después y Pío Baroja
se ocupó de su caso en Juan van Halen, el oficial aventurero.6
La
expansión de la masonería se produce durante el Sexenio Democrático (1868-1874). Aprovechando
la libertad proclamada por la Revolución Gloriosa de 1868. La "época
dorada" de la masonería española iniciada en el Sexenio se prolongó
durante la Restauración (1875-1902) -por
ejemplo, en 1890 había en Barcelona más de cuarenta logias en activo, se
publicaban diversas revistas masónicas y funcionaba un monte
de piedad que auxiliaba a los familiares de los masones difuntos, los
socorría en caso de enfermedad y les prestaba asistencia médica-.
Ministerio de
Agricultura (El número tres) (1897)
Es obra del arquitecto
masón Ricardo Velázquez Bosco (1843-1923).
En la entrada se levantan dos cariátides que representan el
Comercio y la Industria.
·
La que representa el Comercio lleva el mazo
(insignia del maestro masón revestido de autoridad) y la escuadra (símbolo de
rectitud masónica).
·
La industria lleva una rueda dentada (símbolo
del progreso), espiga de trigo (abundancia) y el caduceo de Mercurio donde las
serpientes negra y blanca simbolizan la muerte y la vida.
Piso intermedio: Se encuentra la terraza con ocho columnas
corintias. Las columnas representan la unión del cielo
y la tierra.
Se agrupan de dos en dos, símbolo
de la unión y el equilibrio, el cielo y la tierra, el sol y la luna, de la luz
y del fuego del creador. Todo sostenido por el arquitecto del Univeso.
La cúspide del edificio está
coronado por el grupo de esculturas La Gloria y los Pegasos, creadas por otro
masón Agustí Querol i Subirats
(1806-1909).
La Gloria ofrece palmas y
laureles al Arte y la Ciencia. Los Pegasos son conducidos por los genios de la
Agricultura.
Los tres personajes del grupo
central son alusiones a la Gran Logia Nacional de España, que es la única
legitimada para poseer los tres pilares de la sabiduría masónica: Sabiduría, Fuerza y Belleza.
·
Sabiduría: Encarnados por el Libro de la Ley
·
Fuerza: La escuadra (símbolo de rectitud y es la
fuerza del compañero masón, que hace de la naturaleza, la más digna y la más
elevada de las artes.
·
Belleza: El compás indica la belleza en la
ciencia que el aprendiz va a aprender gradualmente.
¿Qué elementos
platónicos encontramos en este edificio?
Panteón de
los hombres ilustres
Fue mandado construir por la
reina María Cristina de el año 1891. Posee un carácter neobizantino y
neogótico, inspirado en el Campanile de Florencia. Este proyecto se concibió
como parte de la nueva basílica de Atocha, siendo con la torre campanile los
dos elementos secundarios que formarían parte de la monumental obra de la
Basílica. Alberga siete monumentos fúnebres (seis en el interior y uno en el
exterior). Actualmente solo reposan los restos de José de Canalejas
(1845-1912).
La entrada al monumento se
asemeja a una Logia masónica, cuya decoración de magníficas teselas representa
el techo del Cosmos. La estrella de cinco puntas asimila al ser humano como
creación sublime de la naturaleza (cabeza y cuatro extremidades). La estrella
de seis puntas, formada por la superposición de las tres virtudes masónicas:
Sabiduría, Fuerza y Belleza.
·
Mausoleo de Sagasta (obra de Benlliure). La
decoración vegetal es característica de las tumbas masónicas: las hojas de
acacias representa la ensaltación al grado de Maestro; la flor a la que acuden
las abejas, el trabajo en equipo que es imprescindible para el logro y fin de
toda la humanidad. La figura de la Historia en la cabecera del conjunto, clava
su mirada en el corazón del político y porta un libro
El Ateneo de
Madrid (Sexenio liberal, 1884)
(Visita
guiada)
Fue creado en 1835 y es la institución cultural más antigua
de España. Fue creado con el fin de establecer un movimiento liberal en España
y defender la libertad de pensamiento y expresión.
Su símbolo es la lámpara
de la sabiduría para iluminar el conocimiento y se asocia a Hermes, Atenea y
Apolo.
Estas pretensiones estaban relacionadas con la ideología de
la teosofía y la masonería.
Nos reciben La Victoria (derecha) obra de Agustín de Querol
con una espada rota, símbolo de que la victoria no se obtiene por la fuerza,
sino por la razón y en la derecha la diosa minerva patrona de la sabiduría.
Por todo el edificio encontramos estrellas de cinco puntas
que en la fachada fueron sustituidas por flores.
¿Qué te ha llamado más la atención de la visita al Ateneo?
* *
* * * * * *
[1]
Este Palacio fue residencia de los duques de Alba hasta el siglo XVIII.
[2] La simbología de la
Plaza de Cibeles cambia con la entrada en el siglo XX, se conserva el símbolo
de la valentía y la fortaleza, pero se une la importancia de la comunicación y
el dinero. El Banco de España fue creado como institución, fue creado en 1856 y
su primera sede estuvo en la calle Atocha. El incremento de actividades generó
las necesidades de espacio y el Consejo director se propuso la construcción de
una nueva sede, gestionando la compra del Palacio de Alcañices, propiedad del Duque
de Sesto. Las obras del nuevo edificio se hicieron siguiendo el proyecto de
los arquitectos Eduardo Adaro y Severiano Sainz de la
Lastra, proyecto con el que éstos ganaron la medalla de oro de la Exposición Nacional de Bellas Artes
de 1884. Ese mismo
año, el 4 de julio, se ponía la primera piedra del Banco, en un acto solemne,
con la presencia de su majestad Alfonso XII.
El edificio terminado será inaugurado el día 3 de marzo de 1891 por el Rey Alfonso XIII y su madre la Reina Regente María Cristina.
[3]
La Cibeles era una diosa originaria de Frigia, símbolo de la fertilidad de la
Naturaleza. Su culto se extendió en la Grecia Antigua con el nombre de “Señora
de los animales” y llegó a Roma aproximadamente en el año 204 a.C
[4] CIBELES, creadora de todos los reinos de la naturaleza,
-según algunas interpretaciones- tuvo un
hijo a quien puso por nombre Atis. Desde el momento en que este nació, se quedó
prendada de su belleza y gracia, y no había nada que no hiciera para lograr su
felicidad. A medida que él iba creciendo, pasando de la niñez a la juventud, su
amor se iba haciendo más profundo, y, cuando llegó a la virilidad, se lo
apropió para convertirse en su amante. Además, lo nombró sacerdote de sus
misterios y le obligó a hacer un voto de fidelidad absoluta. En consecuencia,
ambos vivieron encerrados en un mundo paradisíaco y sellado, en el que nada
podía estropear la perfección del vínculo.
Pero Atis no podía permanecer para siempre alejado del mundo exterior, y uno de sus principales placeres era deambular por las colinas. Cierto día, mientras descansaba bajo las ramas de un enorme pino, levantó la vista y vio a una bella ninfa; se enamoró de ella instantáneamente y la poseyó. Pero nada podía quedar oculto a su madre Cibeles y, cuando se enteró de la infidelidad de su hijo-amante, se sintió presa de unos celos terribles. Golpeó a Atis con delirio frenético, y este, en medio de un arrebato de locura, se castró para asegurarse de que nunca volvería a quebrantar su voto de fidelidad. Cuando se recuperó de su delirio estaba mortalmente herido y fue desangrándose hasta morir en los brazos de Cibeles bajo el pino donde había estado acostado con su amada ninfa. Pero, debido a que Atis era dios, su muerte no fue definitiva. Cada primavera, el joven renace para su madre y pasa la rica y fructífera estación del verano con ella. Al llegar el invierno, cuando el sol alcanza su menor tuerza, muere una vez más y la diosa de la tierra le llora, hasta que al fin llega la primavera siguiente.
Pero Atis no podía permanecer para siempre alejado del mundo exterior, y uno de sus principales placeres era deambular por las colinas. Cierto día, mientras descansaba bajo las ramas de un enorme pino, levantó la vista y vio a una bella ninfa; se enamoró de ella instantáneamente y la poseyó. Pero nada podía quedar oculto a su madre Cibeles y, cuando se enteró de la infidelidad de su hijo-amante, se sintió presa de unos celos terribles. Golpeó a Atis con delirio frenético, y este, en medio de un arrebato de locura, se castró para asegurarse de que nunca volvería a quebrantar su voto de fidelidad. Cuando se recuperó de su delirio estaba mortalmente herido y fue desangrándose hasta morir en los brazos de Cibeles bajo el pino donde había estado acostado con su amada ninfa. Pero, debido a que Atis era dios, su muerte no fue definitiva. Cada primavera, el joven renace para su madre y pasa la rica y fructífera estación del verano con ella. Al llegar el invierno, cuando el sol alcanza su menor tuerza, muere una vez más y la diosa de la tierra le llora, hasta que al fin llega la primavera siguiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario